La timidez y la importancia de los vínculos emocionales
Los vínculos son fundamentales para la propia salud mental y el bienestar personal.
Las personas somos seres sociales y necesitamos relacionarnos y vincularnos como el comer y el beber. Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para abrirse, expresarse y dejarse conocer.
La timidez y la inseguridad como los mayores enemigos de nosotros mismos
El miedo, la inseguridad y la timidez pueden llegar a ser los verdaderos enemigos de uno mismo, porque ello les impide entrar en relación con los demás o si lo hacen, no de una manera natural y fluida, cuando a lo mejor, si no se sintieran así, podrían entablar conversaciones de interés para las personas con quienes se relacionan y conectar con ellos, de tal manera que podrían hacer amistades hasta con cierta facilidad. Por eso es importante trabajar todos aquellos aspectos que nos impiden ser nosotros mismos y por lo tanto, que nos dificultan vincularnos con los demás.
Las personas tímidas e inseguras muchas veces son individuos que tienen mucho que aportar a nivel personal y cultural, lo que generaría interés en todos aquellos que entraran en relación con ellos. Por eso, muchas veces el problema está en sí mismos, es decir, en sus fantasías conscientes o inconscientes, en sus pensamientos y en aquello que creen que no es de interés para nadie, por lo que entonces no vale la pena decir ni expresar. Aquí es cuando la timidez se convierte en un escollo y en un problema, porque en la medida en que ello les lleva a negar o minimizar todo su potencial, pierden la oportunidad de darse cuenta que su persona es generadora de interés y aquello que piensan o saben, puede ser muy valioso para los demás, igual que su carácter o calidad humana. Cuando uno puede llegar a ser él mismo y actuar y expresarse desde su yo más genuino en todas las parcelas de su vida, ello es liberador, saludable y permite que uno viva en coherencia y en sintonía consigo mismo.
La importancia de ser nosotros mismos en nuestras relaciones interpersonales
Poder hablar y relacionarnos desde nuestro propio criterio, expresando lo que sentimos, lo que pensamos, dando nuestra opinión, mostrando nuestro acuerdo o desacuerdo con los demás, pudiendo decir que no cuando realmente queremos decir que no, etc. es necesario para nuestra salud y bienestar personal, porque si, por el contrario, vivimos condicionados por nuestro entorno, o sea, por lo que dirán los demás si digo tal cosa, por si aquello que pienso es inapropiado, etc. entonces vamos a estar constantemente midiendo lo que expresamos y decimos, tomando comportamientos y actitudes adaptativas, para que los demás me acepten… y vamos vivir desconectados de nosotros mismos, además de vivir con un desgaste mental enorme porque nunca podemos expresarnos desde el descanso de ser como realmente somos.
Los vínculos son esenciales para superar la timidez y ganar confianza y seguridad.
Cuando estamos con personas que nos dan confianza y con las que nos sentimos a gusto, lógicamente nos es mucho más fácil abrirnos y ser nosotros mismos. Si nos rodeamos de personas que nos dejan ser como somos, sin ser juzgados, es como si se abriera un canal por donde podemos expresarnos sin miedo, porque sabemos con certeza que esa persona nos escucha y nos acoge desde una posición puramente afectiva y por lo tanto, sabemos que no tenemos que demostrar nada para merecer su afecto y su atención. Por eso, cuando nos relacionamos con nuestro entorno más cercano y con quienes congeniamos, debemos tomar conciencia de lo bien que nos sentimos, y que ello es fruto (más allá de la confianza y afecto que nos guarda la otra persona y del afecto que sentimos nosotros por ella) de la libertad interior que genera ser uno mismo.
Cuando nos relacionamos con nuestros amigos, podemos compartir nuestras ideas, nuestros puntos de vista, y es ahí cuando hemos de darnos cuenta que nuestra opinión es igual de válida que la de cualquier persona y no vale menos que la de los demás. Por lo tanto, muchas veces lo que ocurre es que no valoramos nuestro saber, nuestro conocimiento, y creemos que lo que pensamos no vale y no va a aportar nada, cuando eso no es así. Sin embargo, creer que lo que podemos aportar no es importante o válido, no es más que el reflejo de que no nos valoramos suficientemente a nosotros mismos. Es decir, en la medida en que uno no se valora a sí mismo, no valora sus ideas ni sus opiniones. Pero hemos de fijarnos en cómo, la mayoría de veces, ello no es más que una proyección inconsciente que hacemos de nuestra vivencia interna hacia los demás, y que por lo tanto, no se ajusta a la realidad. Si nosotros percibimos que nuestra opinión o saber no es válida, ello no significa que no lo sea para los demás.
Más allá de todo ello, los vínculos afectivos generan confianza en uno mismo, porque aquellas personas que nos dan confianza, nos ayudan a expresarnos desde nuestra esencia y a ver que aquello que pensamos y aquello que nos pasa, tiene valor, y en cierto modo, si nos sentimos valorados por las personas con quienes nos relacionamos, ello facilita que nos valoremos más a nosotros mismos.
En Men Group se trabaja la timidez, la inseguridad, cómo ser uno mismo, los vínculos…
En Ipsquare contamos con Men Group (que es un grupo de hombres no terapéutico), en este espacio grupal buscamos, entre otras cosas, trabajar todo lo que hemos ido diciendo a lo largo del artículo, como por ejemplo, fomentar comunidad entre los miembros, generar vínculos y facilitar que los participantes ganen confianza y seguridad en ellos mismos.
En el grupo se organizan actividades y ejercicios grupales (como debatir sobre diferentes temáticas o hacer alguna actividad más vivencial / experiencial) que favorecen que los miembros del grupo se conozcan y por lo tanto, que se generen vínculos estrechos entre ellos y que permiten la expresión libre, sin que nada sea coaccionado en un ambiente de confianza.
El hecho de poder hablar y opinar en un clima de confianza, donde uno puede sentirse escuchado, sin ser juzgado, ayuda a que los participantes vayan ganando soltura en el grupo, por lo que se trabaja todo lo que tiene que ver con la timidez, la inseguridad, la inhibición… y el hecho de llegar a sentirse parte del grupo y por lo tanto, integrado en el mismo, ayuda a que se establezcan vínculos que a su vez ayudan a disipar la cierta sensación de soledad y vacío que hoy en día, por diferentes razones, reina en gran parte de los ciudadanos de la sociedad.
Jerónimo Carles